
La Ley 452 Art. 7º considera a los helipuertos como una actividad que produce impacto ambiental y es por eso que exige un estudio donde se constate que no se viola ningún estándar ecológico. El decreto 740/07 determina que “la Reserva Ecológica Costanera Sur es considerada como área de sensibilidad acústica de Tipo 1” por lo que los límites máximos de emisión de ruidos se establecen en 60 decibles para el dia y 50 para la noche. Para demostrar que esa normativa no iba a ser violada, Gruppo Modena contrató a la empresa uruguaya GEA Consultores para que lleve a cabo el estudio.
El informe de GEA sostiene que los niveles de contaminación sonora no serían perjudiciales para la fauna. Existen dudas sobre la transparencia del informe por la supuesta vinculación que hay entre el grupo que preside Ratazzi y la consultora.

“En la audiencia pública se debatió acerca de la incidencia de las aves en los helicópteros y se resolvió que se iba a tratar de espantarlos con métodos no cruentos”, sostuvo el Director de Evaluación Técnica de la Agencia de Protección Ambiental, Horacio Walter. Según el funcionario, los pilotos cuentan con la información acerca de la temporada de migración de las aves y por lo tanto, “no se van a arriesgar a volar si saben que hay aves cerca”. Sobre el peligro de accidentes con estos animales, afirmó: “No me preocupa demasiado eso”.
Para Walter la seguridad de los pilotos y la de la fauna de la Reserva se reduce a los imprecisos datos acerca de la época en la que las aves migran. Emilio Grass, miembro de la Asociación Civil Por la Reserva es tajante en su crítica: “La legislación es clara: si hay aves no puede haber un helipuerto”.
Uno de los puntos controvertidos que Modena defiende a capa y espada es el que refiere a la distancia que tiene que mediar entre el helipuerto y la Reserva.

Failde denunció que Modena desconoció las leyes de la Ciudad, amparándose en normativas de la Nación que no tienen jurisdicción en los terrenos en disputa y en el año 2007 presentó por escrito las dudas que la comisión tenía con respecto a la instalación del helipuerto.
La Reserva Ecológica se encuentra en una posición “delicada”. Su directora, María de Luján Arzubi Calvo, es designada directamente por el Ejecutivo porteño. Que sea puesta “a dedo” (y que pueda ser retirada del cargo bajo el mismo mecanismo) siembra dudas acerca de su libertad para criticar u oponerse a las decisiones que sus jefes toman.
En la audiencia pública del 29 de diciembre de 2008 que la Agencia de Protección Ambiental llevó a cabo para “discutir” el tema del helipuerto no fue ningún representante de la Reserva. No es un dato menor que quienes defienden los intereses de una de las partes implicadas no hayan asistido.
En ese lugar la Reserva molesta. La zona goza de los precios más abultados por metro cuadrado y hay proyectos millonarios para construir en los territorios circundantes. Por su extensión y ubicación ocupa un espacio codiciado por empresarios inmobiliarios que no ven la hora que desaparezca. Desde el Gobierno porteño no se hace mucho para conservarla en óptimas condiciones. El presupuesto se redujo, los investigadores no tienen apoyo oficial y tiene importantes falencias estructurales. Con esas trabas, al principal pulmón verde de la ciudad no le espera un buen futuro.
Failde fue categórico: “Se ve con claridad que no prevalecieron los intereses ambientales, ni los de la comunidad que se beneficia con la conservación de los ecosistemas urbanos sino los interés de un emprendimiento exclusivísimo por sobre el conjunto de los vecinos porteños”.
Bajo el paradigma de la ganancia la Reserva tiene sus días contados.
Candela Martin, Daniela Ledesma.
SOY TU FAN.
ResponderEliminarQue buena nota! Aunque falta un inicio con un poco más de fuerza, no sé, no le vendría mal un poema de Lou Reed...
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